La unidad de la humanidad es el eje alrededor del cual giran las enseñanzas de Bahá’u’lláh. En Sus Escritos comparó el mundo de la humanidad con el cuerpo humano. Dentro de este organismo, millones de células, diversas en forma y función, desempeñan su papel en el mantenimiento de un sistema sano. De manera similar, la civilización humana puede verse como el resultado de un conjunto de interacciones de cooperación y reciprocidad entre los diferentes componentes de la sociedad. Y así como la viabilidad de cada célula y cada órgano es importante para la salud del cuerpo como un todo, la paz y prosperidad de cada individuo, familia y nación es necesaria para el bienestar de toda la humanidad.

La unidad de la humanidad no implica uniformidad. Los escritos bahá’ís hacen énfasis en el principio de la unidad en diversidad. La familia humana – en toda su variedad – puede asemejarse a las flores de un jardín. A pesar de que estas flores pueden variar en tipo, color y forma, todas son “…refrescadas por las aguas de una sola fuente, son vivificadas por el soplo de una sola brisa, son vigorizadas por los rayos de un único sol”. Así como la diversidad aumenta el encanto y realza la belleza del jardín, en la sociedad humana “…la diferencia refuerza la armonía, la diversidad fortalece el amor, y la multiplicidad es el más grande factor de coordinación”. Más que una mera tolerancia ante las diferencias, la diversidad de la familia humana debería ser la causa de armonía y amor duraderos.

De los Escritos Bahá’ís

“Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama. Trataos unos a otros con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo… Tan potente es la luz de la unidad que puede iluminar toda la tierra”.

"El propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y a Su Religión es salvaguardar los intereses de la raza humana y promover su unidad, y estimular el espíritu de amor y fraternidad entre los hombres.”

“Hasta que no sea completamente establecida y lograda la realidad de la igualdad entre el hombre y la mujer, no será posible el más alto desarrollo social de la humanidad”.

“…esforzaos por hacer todo lo que esté en vuestra mano para ser como uno solo, para vivir en paz, cada cual con los demás: pues sois todos las gotas de un único océano, el follaje de un solo árbol, las perlas de una misma concha, las flores y hierbas fragantes de un mismo y único jardín.”



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